cómprame, repito, un calentador y quedamos aquí".
Fragmento de "Niña errante", cartas de Gabriela Mistral a Doris Dana.
Que por echarte de menos, echo de menos hasta el frío de tu casa.
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Si no quieres dejar tu casa,
cómprame un calentador y quedamos aquí.
Tu cuerpo será mi edredón
tus brazos, mis diques de abrigo.
silente, obtuso, hijo del frío,
el amanecer nos encontrará amándonos.
Tras el cigarro de después
te dejaré en la cama
y me plantaré en la puerta
con abono y agua fresca.
Allí echaré raíces.
Cada día, para siempre.
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Si no quieres dejar tu casa,
quemaremos mis naves en invierno.
Me prefiero a mí contigo,
que sabes
de todas mis guerras
y de mis tratados de paz.
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Cada día, bajo tu iglúsilente, obtuso, hijo del frío,
el amanecer nos encontrará amándonos.
Tras el cigarro de después
te dejaré en la cama
y me plantaré en la puerta
con abono y agua fresca.
Allí echaré raíces.
Cada día, para siempre.
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Si no quieres dejar tu casa,
quemaremos mis naves en invierno.
Me prefiero a mí contigo,
que sabes
de todas mis guerras
y de mis tratados de paz.
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Que por echarte de menos, echo de menos hasta el frío de tu casa.
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"Despacito cuando yo dormía tú me hablabas, me preguntabas, me protegías. Prometiste darme todo, pero sólo pudiste darme lo que tenías. Para mí lo más hermoso era amanecer junto a tus ojos, iluminando el mundo. Pero los pájaros no pueden ser enjaulados porque ellos son del cielo, ellos son del aire, y su amor es demasiado grande para coartarlo. Volé alrededor de la luna contigo, te pedí que nunca te fueras y tú respondiste: mi amor siempre estará cuidándote. Y te dejé volar y mis ojos lloraron hasta doler pero sólo yo sabía que así tenía que ser."
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